

Hoy regresé de Puebla, fui a varios lugares perdidos en la sierra tratando de vender las dichosas bombas de agua, ¿y que creen?, vendí tres, y no son bombitas, no, son bombonas, muy caras y que jalan miles de litros de agua, un señor de un rancho me compró dos y me recomendó con su compadre que compró otra, tienen unos ranchotototes de muchas hectáreas y como quince hijos cada uno, en verdad que la provincia es bien diferente.
Ahora me siento millonario con lo que me van a dar de comisión, supongo que fue suerte de principiante, porque si sigo así terminaré siendo rico en pocos meses. Pero lo mejor fue que conocí unos pueblos muy bonitos, unos paisajes de quitar el aliento.
Regresé molido de cansancio. pero contento.